Las horas vuelan y los sueños zarpan sin saber hacia dónde, el miedo aprieta y mi vida se convierte casi por arte de magia, en un club de alterne. Camino sin dirección, sin reloj, sin dinero ni equipaje. Pierdo el tiempo que ni tengo ni entiendo y disfruto con los simples sonidos del momento. Vuelo por mentes ajenas extrayendo conclusiones irrisorias a la par que preocupantes. Rompo fotos de mi futuro y sonrío, rompo y sonrío, rompo…y sonrío. Iluminado por la paranoica obsesión de mi presente, cierro el telón de mis años desconocidos cada vez que mi “yo responsable” intenta hurgar en ellos. La lujuria se apodera de mi ser en determinados momentos, esos en los que llego a ser infinitamente feliz. Mis rarezas son mi pan de cada día y en ocasiones muero de empacho. Juego al despiste camuflado bajo múltiples contrariedades con las que lloro de placer, no me importa nada de lo que me importa realmente, es incomprensible, pero es una de las numerosas maravillas de las que es capaz mi ego, sucio y miserable o generoso y amigable, a veces en auge y a veces en ruinas, otras, simplemente oculto. Impasible ante las críticas, imposible ser la víctima, indiferente ante las fascinantes verdades que emite el resto de seres. Mi ilusión es saquear pensamientos, desnudar intelectos, y arruinar intenciones, nunca viene mal una inyección de incoherencia, ésa que a mí, probablemente acabe matándome por sobredosis, dulce muerte de alguien que siempre permanecerá vivo…
jueves, 11 de marzo de 2010
Imagine psicodelia
martes, 2 de marzo de 2010
Vivo, sonrío y... nada más.
Naces, creces, te reproduces y mueres…Eso me enseñaron desde pequeño; eso has venido a hacer aquí. Nada más. Yo, quizás por llevar la contraria, o quizás tan sólo porque es lo que la misma vida me ha enseñado, no voy a dejar que sea ella la que pase por mí; seré yo quien pase por ella, dejando huella en la mia propia. Para ser más exactos, y por explicarlo de alguna manera… Me gustaría que en el infinito cruce de líneas de las dimensiones espacio-tiempo, el diminuto punto en el que se encuentra mi existencia brille como una sonrisa. Quizás por chulería, o quizás por morbosidad, no voy a permitir que la vida me viva, voy a vivirla yo a ella,sin dejar opción a que me venza la inercia. Voy a vivirla tal y como lo he aprendido solo, lo más obscenamente feliz que pueda llegar a ser a la par que simple y sencilla. Creo, y sólo creo, desde una muy humilde opinión, que a veces dejamos empolvarse la vida y todas las cosas importantes que la sostienen; a veces dejamos que la vida nos llene de callos y no sentimos nada más; a veces cosemos nuestros labios y nos castigamos eternamente a dejar de sonreir. En ocasiones no puedo dejar de pensar durante un rato en la palabra sonrisa…me gusta esa palabra, ella y todo lo que eso conlleva, voy a usarla hasta desgastarla y oxidarla, hasta que brille por presencia y permanencia, hasta el dia en que se agote por completo y nunca más pueda hacerlo, porque con ella se habrá agotado la vida, mi vida. Luchar, soñar, crecer, vivir y sonreír hasta no poder más, hasta reventar. Quizás por conformismo o quizás (y paradójicamente) por ambición, me quedo con eso y con sus causas y consecuencias, con su principio, su transcurso y su final, no necesito nada más…